¿Sabes escucharte?
¿Sabes qué escuchan tus oídos?
Cuando de escuchar se trata, por lo general, pensamos en escuchar a otros.
Todo el mundo habla de desarrollar la capacidad auditiva enfocada a los que nos rodean.
Si bien esto es importante, saberse escuchar lo es mucho más aún.
¿Qué quiero decir cuando digo “saberse escuchar”?
Saber, por un lado, cómo están codificados nuestros oídos para escuchar qué…
Y, por el otro, ser conscientes precisamente de lo que escuchan nuestros oídos.
¿Te escuchas a ti mismo/a?
¿Sabes cómo están codificados tus oídos?
¿Eres consciente de lo que escuchan?
Saberse escuchar tiene que ver con la relación que tienes contigo mismo, con tu salud y con tu vida misma.
Tiene que ver con autoconocimiento, inteligencia intrapersonal, con sensibilidad y capacidad auditiva.
¿Sabes que cada oído que tenemos los seres humanos está diseñado para escuchar de modo diferente?
¿Y, que, además, cada oído está codificado de diferente manera en cada ser humano?
Así es.
En algunos seres humanos, su oído izquierdo, como en mi caso, está diseñado para escuchar sonidos suaves, dulces.
Estos sonidos pueden ser voces, palabras, relatos, historias, música, o cualquier otro tipo de sonido.
Las personas con un oído codificado en su ADN de esta manera responden positivamente a palabras suaves, dulces, historias sin carga emocional intensa.
Asimismo, a sonidos románticos, de bajo volumen, etc.
No resisten los ruidos fuertes ni la bulla, y en un determinado momento, tampoco historias repetitivas ni cansonas.
El hacerlo, deteriora su oído.
Sin embargo, paradójicamente, muchos están constantemente expuestos a aquello que los deteriora.
¿Cómo reaccionas ante los diferentes tipos de voces, palabras, sonidos en general?
¿Sabes qué código trae tu oído izquierdo?
Cuando tu oído izquierdo está recibiendo estímulos auditivos no acordes con su codificación, te envía señales.
¿Eres consciente de sus señales?
Son señales muy sutiles que si no las captamos a tiempo, el deterioro del oído se hace inminente.
Por otro lado, el oído derecho es también un sistema auditivo súper fino que capta el pulso de la intuición.
Lo conozco perfectamente y me encanta sentirlo.
Es un oído diseñado para el silencio.
Las personas que lo traen codificado, como también es mi caso, por ejemplo, son amantes del silencio, tanto externo como interno.
Cuando estamos tan entretenidos creando ruido interno (alimento mental) perdemos la capacidad de captar lo que escucha nuestro oído derecho.
Como consecuencia, no captamos el mensaje de la intuición en su momento.
Nuestra intuición es una herramienta interna valiosísima que nos alerta y previene.
Solo lo hace una vez. De allí que escucharla es de suma importancia.
Mas, ¿Cómo podemos escucharla con tanto ruido mental?
De allí que nuestro oído derecho necesita silencio.
Por otro lado, tenemos el oído interno. No todos los seres humanos traen este código.
Tener este código quiere decir que las personas se escuchan a sí mismas, no a los demás.
Hablaré del oído interno en otra publicación.
Traer el código del oído interno nos facilita, por un lado, el escucharnos a nosotros mismos.
Es un proceso acústico.
Por otro, nos impide escuchar a los demás.
¿Qué quiere decir esto?
Te pondré un ejemplo.
Supongamos que María tiene una situación en su vida y le comenta a su amiga Juana. Juana muy amablemente le da su punto de vista y recomendaciones.
Sin embargo, María “no la escucha”.
Es posible que Juana en algún momento, e incluso cuando esté hablando con María, le diga a su amiga “no me escuchas”. ¿Te ha sucedido?
Si María supiera que trae ese código no gastaría su energía y su valioso tiempo contando y pidiendo una recomendación que no tomará en cuenta.
Su amiga, tampoco dándosela. Quizás solo la escucharía.
De allí que es importante el autoconocimiento profundo de uno mismo.
El no escuchar a los demás no es un defecto, es más bien, una característica individual impersonal.
Es la cultura la que lo ha convertido en un defecto.
Cuando descubrí que tenía el código del oído interno dejé de luchar conmigo misma tratando de “activar” mi escucha.
En su lugar, me enfoqué en silenciar mi mente para poder escuchar a mis oídos.
Ahora, mi sensibilidad auditiva está mucho mas activa.
Descubrir cuáles son nuestros códigos auditivos así como ser conscientes de lo que escuchan nuestros oídos es saber escucharse a sí mismo.
Saber escucharse a sí mismo es saludable. Nos permite preservar nuestra salud, energía y vida.
¿Sabes escucharte?
¿Quieres conocer tus códigos auditivos, desarrollar tu sensibilidad auditiva?
¿Quieres conocerte a ti mismo/a?
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